
Unser Aufruf
Oldenburg es una ciudad que vive de la diversidad: personas de diferentes orígenes, religiones, estilos de vida e historias conforman aquí, juntas, su hogar. Esta diversidad no es un problema, sino una expresión de nuestra sociedad abierta y de nuestra Constitución. Es la esencia de lo que hace que nuestra ciudad sea fuerte, vibrante y preparada para el futuro.
Las repetidas declaraciones racistas del canciller Friedrich Merz agudizan intencionalmente las divisiones sociales y fomentan sistemáticamente el racismo. Muchos representantes destacados del grupo parlamentario CDU/CSU están acelerando, mediante su exclusión y populismo, el giro hacia la derecha en la sociedad.
En política, el racismo está siendo utilizado cada vez más, incluso por partidos del centro político, como instrumento de división, en el que se refuerza la imagen del enemigo y se responsabiliza a quienes son percibidos como extranjeros de los problemas sociales existentes (¡para alegría y beneficio de la AfD!).
Las personas con historia migratoria están siendo deliberadamente representadas y marcadas como un "problema" y una molestia en el paisaje urbano: una narrativa peligrosa, racista y falsa que atenta contra los derechos humanos y los valores fundamentales de toda nuestra democracia.
Detrás de tales palabras hay más que una opinión personal: ellas reflejan el racismo estructural profundamente arraigado en nuestras instituciones sociales. La discriminación en la vida cotidiana, las dificultades para acceder a la educación, al trabajo y la vivienda son una realidad para muchos.
¡Necesitamos soluciones sociales reales que fomenten la igualdad de oportunidades y superen las divisiones sociales! Eso significa, entre otras cosas: condiciones laborales justas y libres de discriminación, educación de calidad, una política de asilo humanitaria, vivienda segura y asequible, así como menores costos de vida para todxs.
Estimado Sr. Merz, como hijas e hijos, como hijxs de la ciudad de Oldenburg le decimos: su plan, para enfrentar a los grupos desfavorecidos entre sí con sus declaraciones, fracasa. El valor de una persona no se mide ni por su utilidad a la economía ni por el estatus de su permiso de residencia.
Oldenburg defiende una sociedad que reconoce la diversidad como algo natural. Una sociedad en la que los derechos humanos de todxs sean respetados. Oldenburg es una ciudad conformada por personas de los más diversos orígenes - y eso es lo que nos hace fuertes.
Por eso, llamamos a todxs los habitantes de Oldenburg, a todos los clubes, comunidades religiosas, sindicatos, asociaciones y partidos democráticos a salir juntos a la calle este 2 de noviembre a las 14:00 horas en la plaza frente a la estación de trenes. Mostremos claramente: ¡No nos dejaremos dividir! ¡Nos oponemos al racismo, a la manipulación populista de la opinión pública y a una política que fomenta la exclusión!
Por un paisaje urbano diverso, abierto y solidario en Oldenburg, Baja Sajonia y en toda Alemania.
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